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Cuando suben las temperaturas, lo ideal es tener una casa fresca donde refugiarse del calor. La buena noticia es que no hace falta reformas ni gastar una fortuna para lograrlo. Con algunos cambios simples, puedes mantener tu hogar fresco, cómodo y eficiente.
Aquí te dejamos una guía práctica y completa sobre cómo preparar tu casa para el calor del verano:
Revisa y pon a punto tu aire acondicionado
Si tienes aire acondicionado, asegúrate de que esté en condiciones antes de que lleguen las olas de calor. Un equipo bien mantenido consume menos electricidad, dura más años y enfría de forma más eficaz.
¿Qué debes revisar?
- Filtros limpios: límpialos con agua y jabón suave o reemplázalos si están muy deteriorados.
- Nivel de gas refrigerante: si notas que enfría menos de lo habitual, podría ser por falta de gas.
- Ubicación de la unidad exterior: asegúrate de que esté bien ventilada y libre de obstáculos.
También puedes considerar aires acondicionados inverter, que ajustan su potencia según la necesidad, reduciendo el consumo.
Apuesta por ventiladores estratégicos
Los ventiladores son una alternativa o complemento ideal al aire acondicionado. Consumen muy poca energía y, bien ubicados, pueden mejorar la circulación del aire caliente, haciendo que el ambiente se sienta más fresco.
Consejos prácticos:
- Usa ventiladores de techo en sentido contrario a las agujas del reloj: así empujan el aire hacia abajo y generan brisa.
- Prueba colocar un bol con hielo delante del ventilador para enfriar el aire que expulsa.
- Por la noche, ponlos cerca de ventanas abiertas para hacer corriente con el aire más fresco del exterior.
Bloquea el sol: persianas, cortinas y toldos
Uno de los errores más comunes es dejar las ventanas abiertas con el sol dando directamente. El calor entra y se acumula fácilmente, sobre todo en casas con muchas ventanas o con orientación sur.
Soluciones fáciles y efectivas:
- Baja las persianas y cierra las cortinas durante las horas de más sol (entre las 12:00 y las 18:00).
- Instala cortinas térmicas o blackout, que reflejan el calor y mantienen una temperatura más estable.
- Si tienes balcones, terrazas o ventanas muy expuestas, un buen toldo o sombrilla puede marcar la diferencia.
Cambia la iluminación tradicional por LED
Puede parecer un detalle menor, pero las bombillas tradicionales generan una cantidad sorprendente de calor. Además, gastan más energía. Cambiar a bombillas LED es una de las formas más sencillas de reducir el calor interno y ahorrar en la factura de la luz.
Ventajas de la iluminación LED:
- Menor emisión de calor.
- Menor consumo eléctrico.
- Mayor duración (hasta 25.000 horas).
Cocina sin calentar toda la casa
En verano, la cocina puede convertirse en una auténtica sauna si no tienes cuidado. El horno, los fuegos y hasta el lavavajillas aportan calor al ambiente.
Trucos para no pasar calor cocinando:
- Cocina temprano por la mañana o por la noche, cuando las temperaturas bajan.
- Cambia recetas calientes por platos fríos: ensaladas, cremas frías, sándwiches, frutas frescas, etc.
- Usa electrodomésticos que generen menos calor, como el microondas, placas de inducción o una freidora de aire.
Aísla bien tu casa
El aislamiento térmico no es solo cosa del invierno. También es clave para mantener el fresco en el interior cuando hace calor fuera. Una buena ventilación combinada con aislamiento correcto hace maravillas.
Mejoras sencillas para aislar mejor tu casa:
- Coloca burletes adhesivos en puertas y ventanas para evitar entradas de aire caliente.
- Usa cortinas gruesas o con capa térmica.
- Si puedes, considera cambiar las ventanas por doble acristalamiento, que aísla tanto del frío como del calor.
Usa electrodomésticos con cabeza
Todos los electrodomésticos generan calor al funcionar, sobre todo los que tienen motor o resistencia. Además, usarlos en horas punta implica mayor consumo y más temperatura exterior.
Consejos útiles:
- Programa lavadoras y lavavajillas para funcionar por la noche.
- Evita planchar durante el día.
- Reemplaza electrodomésticos antiguos por otros con etiqueta energética A o superior: consumen menos y generan menor calor residual.
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